Desmontando mitos del TLP


El MSD habla de una serie de características propias del Trastorno Bordeline. Un manual escrito por y para profesionales de la salud mental. Pero dónde queda la experiencia propia del paciente? Quien da voz a sus propias percepciones sin ser interpretadas por otros? 
Analizando algunos de los síntomas descritos podemos tirar un poco más del hilo, ahondando en ellos.
- Miedo al abandono, real o imaginario.
Según este manual:
Cuando los pacientes con trastorno límite de la personalidad sienten que están siendo abandonados o descuidados, su emoción es de intenso miedo o ira. Por ejemplo, pueden entrar en pánico o furia cuando alguien importante para ellos llega un poco tarde o anula un compromiso. Piensan que este abandono significa que son malos. Temen abandono en parte porque no quieren estar solos.

Quien no se siente mal ante una percepción de abandono o descuido? Quien no se molesta cuando has quedado con alguien llegando a tu hora te hacen esperar o anular un compromiso desorganizado tu agenda? No, no es algo único de las personas con TLP, estos sentimientos de malestar los vivimos todos los seres humanos. Tal vez lo que marca la diferencia es la reacción que provoca el las personas con TLP; al tener nuestra química cerebral desequilibrada estás emociones de malestar que vivencian otras personas tal vez ( o no), de manera más controlada y serena, a los pacientes con TLP les ocasiona reacciones más fuertes y adversas. Comienzan a emerger entonces preguntas. Por qué llega tarde? Por qué me hace esperar? Por qué ha anulado el compromiso cuando yo me he organizado ya? No pensaría cualquiera lo mismo? No dudo que si. Ahora, en el caso de los trastornos Bordeline, "el dedito acusador" no se dirige hacia el otro, sino hacia uno mismo. " No merezco respeto", " No valgo lo suficiente para que la otra persona me tome en serio", "no merezco la pena, por eso anula la cita". Lo que retroalimenta sentimientos de tristeza, desesperanza, o enojo. Pero la ira de la que hablan, aunque se pueda proyectar hacia el otro, es una ira hacia uno mismo, por esas emociones y sentimientos de falta de valía. 
Si nos quedamos en la superficie, en las reacciones, nunca se va a entender la realidad del TLP. Las interpretaciones que hacen otr@s de nuestras vivencias, la negación de sentimientos que tienen sentido, no hacen más que revictimizar y culpabilizar. 

Estos pacientes tienden a cambiar su punto de vista de los demás en forma abrupta y drástica. Pueden idealizar a un cuidador potencial o a un amante desde el principio de la relación, exigir pasar mucho tiempo juntos y compartir todo. De repente, pueden sentir que la persona no se preocupa lo suficiente, y se desilusionan; entonces pueden menospreciar o enojarse con la persona. Este cambio de la idealización a la devaluación refleja el pensamiento en blanco y negro (la división, la polarización del bien y del mal).

Las personas con un trastorno TLP cambian su punto de vista como cualquier hijo de vecino. Si alguien a quien querías, admirabas o con quien tenías cualquier tipo de relación te decepciona, tu opinión, necesariamente, va a variar. Por qué a los Borderline no les está permitido hacerlo? Tal vez tú tengas el autocontrol o capacidad para fingir ante quien te ha decepcionado. Tal vez, no te importe. A las personas con trastorno de la personalidad limítrofe, sí les importa y no son capaces de fingir lo contrario. Lo harán de forma evidente y abrupta. Esa dificultad de moderación provocada por una psique traumatizada, estresada, llevará al extremo cualquier decisión y no por ello dejará de ser válido. Tal vez uno se equivoque, tal vez haya razonamientos por la otra parte que justifiquen sus acciones. En tal caso, sin duda, la gente con TLP tiene la capacidad de empatizar, entender y razonar si media una explicación coherente.

Los pacientes con trastorno límite de la personalidad pueden identificarse con una persona y cuidarla, pero solo si sienten que otra persona va a estar allí para ellos cuando sea necesario.

Sinceramente no sé de dónde se han sacado esto. Los pacientes con TLP cuidan, se identifican con el sufrimiento ajeno como nadie, estén para ellos o no, porque si alguien entiende de sufrimiento son ellos.

El día que quien realiza los manuales de psicología se ponga en la piel del paciente- cliente, deje de interpretar basándose en textos anteriores, concepctos recogidos de "la época de las cavernas", cuando la psicología estaba en pañales ( ahora empieza a andar a gatas), escuchar activamente, validar y empatizar con personas traumatizadas, tal vez logremos tener una sociedad menos enjuiciadora, más colaborativa, menos estigmatizadora y más empática.

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