De puede tener TLP y ser retraumatizado?

Desde que comencé a leer e informarme sobre el TLP y el TEPT complejo, he tenido siempre claro que ambas definiciones son sinónimas. Tal vez, si cabe alguna diferenciación,es que el primero está más instaurado en la personalidad y sus síntomas son menos notorios, especialmente a medida que se van cumpliendo años. La mente ha ido recurriendo a mecanismos de defensa más o menos adaptativos, pero que finalmente cumplen su cometido. 
Ahora, la pregunta sería: Se puede tener TLP y posteriormente un diagnóstico de TEPT debido a otras circunstancias? La respuesta es evidentemente, si. Te puedes caer y hacerte una lesión en la rodilla y al cabo de unos años también?
Las personas que hemos tenido un diagnóstico de TLP, no solo podemos volver a ser traumatizadas, sino que además, somos las víctimas ideales para cualquier maltratador, especialmente si se trata de un psicópata o un narcisista. Olerán nuestra vulnerabilidad, como los cerdos que buscan trufas. Somos carnaza fácil. Especialmente empaticos, pues conocemos bien el significado del sufrimiento, faltos de capacidad para poner límites sanos en nuestras relaciones, pues hemos crecido aprendiendo a que sean sobrepasados reiteradamente, habituados a todo tipo de abusos, reproches, culpa, infravaloración,control, entenderemos que esto es amor. Pero el amor no duele, el amor te deja respirar, el amor te quiere libre, te deja expresarte en tu individualidad, no impone, respeta, acoge, acompaña, te enriquece y empatiza. 
Es así, como las personas con TLP somos víctimas propicias para estás garrapatas que aprovechando esa vulnerabilidad, te maltratan psicológicamente de tal manera que tu mente ya traumatizada termina por quebrarse totalmente. 
Este, nuestro trastorno, se convierte entonces en la excusa ideal para revictimizarnos. "La culpa es de ella/ él, que tiene TLP y está loco/a".
Pero no estamos loc@s, ni somos tontos. Costará recomponernos, salir de " la noche oscura del alma" como dice el Dr. Iñaki Piñuel, pero lo haremos. Porque somos supervivientes natos, porque tenemos la fuerza, el coraje y la valentía de enfrentarnos tanto a nuestros demonios internos, como a los que vienen de fuera.
*Imagen de Sarah Treanor

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