El descubrimiento del estrés
El tráfico, las prisas, el trabajo,... Así identificamos el estrés, como algo que tiene que ver con movimiento, con prisas, con agobio, pero no solo se queda corto en cuanto a la significación real, sino que aunque así lo creamos no pertenece en exclusiva a esta época que vivimos.
Quien primero inventó y usó el término no fue un médico, sino un matemático, Robert Hooke (1679) . Con él hacía referencia a la propiedad de elasticidad de la materia que puede ser expuesta a fuerzas externas adaptando, estirando su forma para luego volver a su estado original, salvo si rebasa un punto a partir del cual ya no volvería a recomponerse.
El fisiólogo estadounidense Walther Cannon (1929) mucho tiempo después, describe como ante una amenaza el cuerpo humano tiene una reacción adaptativa fisiológica para proteger la supervivencia, finalizando este mecanismo cuando la amenaza ha cesado. Para referirse a ese estado inicial del "mundo interno" en el que el organismo está funcionando de forma idónea y mantenida acuña la acepción de homeostasis.
En 1936 Hans Selye utiliza por primera vez el término estrés aplicado a los seres vivos, proponiendo la definición como una respuesta no específica del organismo a una demanda externa, provocando una respuesta a la que el organismo debe adaptarse para restablecer la homeostasis, esto es, su equilibrio funcional. Hace también una distinción entre dos tipos de estrés, el positivo, aquel que nos hace agudizar los sentidos, aumentar el rendimiento, al que denomina eustrés y el negativo o distrés, que caracteriza una respuesta disfuncional llegando a ocasionar problemas de salud tanto física, como mental. Describe igualmente tres fases en la adaptación del cuerpo ante ese factor estresor exterior:
- La fase de alarma, en la que el organismo se dispone a huir o defenderse , activando el sistema nervioso central.
- La fase de resistencia o adaptación, en el que ocurre, como su nombre indica, una adaptación de los tejidos que han tenido que aumentar su actividad funcional para responder ante el esfuerzo que requiere enfrentar un estresante prolongado en el tiempo.
- La fase de agotamiento, en la que el organismo, ante el estrés perpetuado, pierde su capacidad de adaptación.
Siendo la respuesta al estrés muy diversa dependiendo del individuo, Richard Lazarus (1999) incluye la propia percepción y raciocinio sobre lo que es estresante o no, como factor determinante a la hora de responder al estrés. Desarrolla de este modo la " teoría transacional".
En 1981 Robert Ader, ahonda en el tema acuñando el término psiconeuroinmunoendocrinología (PNIE) según el cual se estudia la comunicación existente entre el sistema nervioso, endocrino e inmune en la respuesta al estrés. Sterling y Eyer contribuye con la concepción de la alostasis, nivel de actividad que requiere el organismo para realizar cambias físicos y comportamentales en ambientes constantemente cambiantes y McEwen define carga alostática a las consecuencias que tendrá el individuo al verse obligado a mantener ese estado de forma crónica.
Hoy, gracias al estudio de este fenómeno, sabemos hasta que punto el estrés puede afectar no solo a nuestra salud mental, sino también a la física, a nuestra relación con el entorno, a nuestra calidad de vida, e incluso a como la entendemos.
Comentarios