Definiendo el trauma

 


Según el DSM V ("el libro gordo de Petete" de psicología), un trauma es definido como la exposición a una experiencia de muerte real o inminente, lesiones físicas graves o agresión sexual, bien sea en calidad de espectador o de víctima directa. El manual de psicología CIE-11, afina un poco más definiéndolo como la exposición a cualquier situación especialmente estresante, amenazante u horrorizante. Esta experiencia es vivida con tal magnitud que la mente no es capaz de procesarla de manera inmediata, ni adecuada, desencadenando una serie de procesos y mecanismos que tendrán como consecuencia una inevitable sintomatología que repercutirá en mayor o menor medida en la vida del individuo. Como resultado de dicha experiencia vital y con la influencia de diversos factores como son; la edad, gravedad, percepción, recursos personales o tiempo, la persona podrá llegar a desarrollar algún tipo de trauma. 

Estos traumas se catalogan en psicología en función del tiempo o de la causa. Será por tanto un trauma agudo, cuando se trate de un hecho puntual, como puede ser un accidente, trauma crónico cuando somos expuestos de manera recurrente, reiterada, prolongada en el tiempo a situaciones que no podemos gestionar creándonos gran estrés y trauma complejo, aquel que viene dado por la exposición a diferentes hechos estresantes, ingestionables, durante un periodo de tiempo limitado. Por otro lado, son clasificados tomando como referencia la causa los que tienen como origen accidentes, sucesos violentos, pérdidas o duelos, abuso sexual, físico o psicológico, desastres naturales.

Realmente, si te pones a pensar, difícilmente encontraremos a alguien que no haya experimentado alguna experiencia traumática en mayor o menor medida. Como explicaba, el desarrollo del mismo dependerá de tantos factores como la misma resolución, pero no me cabe duda que pocos nos libramos del poco atendido y entendido trauma.

* Imagen original de Aykut Aydogdu



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